Empresas agrícolas en EE. UU. enfrentan desafíos significativos

La agricultura en Estados Unidos enfrenta desafíos significativos que impactan tanto a los productores como a las comunidades que dependen de este sector. A pesar de los esfuerzos, el camino hacia la sostenibilidad y el crecimiento se presenta complejo. Este artículo explora los desafíos actuales, los cambios en la estructura agrícola y las estrategias adoptadas por empresas para fortalecer el sector.
A medida que el panorama agrícola se vuelve cada vez más difícil, las voces de los agricultores y las empresas que dependen de ellos se vuelven más urgentes. La combinación de factores económicos, sociales y ambientales está planteando preguntas críticas sobre el futuro de la agricultura en el país.
Desafíos que enfrentan los agricultores en Estados Unidos
Los agricultores y ganaderos estadounidenses se encuentran en un contexto complicado. Según la American Farm Bureau Federation, este sector está afrontando diversos problemas que incluyen:
- Caída en los precios de los cultivos, lo que reduce los márgenes de ganancia.
- Aumento en el costo de la tierra y de la mano de obra, lo que encarece la producción.
- Incertidumbre regulatoria, que genera un ambiente de inestabilidad.
- Un panorama comercial internacional en constante cambio, afectado por tensiones globales y políticas comerciales.
El economista Faith Parum subraya la gravedad de estos problemas, aunque también menciona las recientes disposiciones agrícolas que ofrecen cierta esperanza, como la permanencia de beneficios fiscales y el fortalecimiento de programas de apoyo al campo. Sin embargo, advierte que aún queda mucho por hacer para garantizar la sostenibilidad del sector.
La reducción de granjas y tierras cultivadas
Un informe del Censo Agrícola de 2022 revela una tendencia preocupante: Estados Unidos ha perdido 141.733 granjas desde 2017. Este fenómeno no solo afecta a los productores, sino que también impacta la diversidad agrícola y la seguridad alimentaria. Durante el mismo período, la superficie destinada a la agricultura se redujo en más de 20 millones de acres, alcanzando un total de 880,1 millones de acres.
Ante esta realidad, varias compañías de la industria alimentaria han comenzado a fortalecer sus alianzas con pequeños y medianos productores. Un ejemplo destacado es Chipotle, que, a través de la Chipotle Cultivate Foundation, ha destinado más de cinco millones de dólares desde 2019 para apoyar a los agricultores mediante:
- Becas y contratos plurianuales.
- Programas de formación.
- Subvenciones del programa Seed Grants, que han apoyado la conversión de 425 acres de cultivo convencional a orgánico.
La cadena de restaurantes ha expresado que su crecimiento depende significativamente de la cooperación con más productores locales. “Necesitamos más agricultores para poder escalar nuestra operación”, señalan sus representantes.
Colaboraciones que marcan la diferencia
Sweetgreen, otra compañía del sector alimentario, también ha estado fortaleciendo sus lazos con productores locales. Su cofundador, Nicolas Jammet, destaca que la marca ha trabajado durante más de una década con pequeños agricultores para garantizar la obtención de ingredientes frescos y éticamente producidos.
Con planes de abrir 40 nuevos locales en 2025 y expandirse a nuevos mercados como Sacramento, Phoenix y Cincinnati, Sweetgreen enfatiza la importancia de estas colaboraciones. Según Jammet, “los agricultores nos dicen que nuestra colaboración es clave para su negocio, pues les asegura ingresos estables, incluso en tiempos de incertidumbre, y les abre la puerta a nuevos mercados”.
La agricultura como estrategia empresarial
Para ambas compañías mencionadas, el apoyo al sector agrícola no es solo una acción altruista, sino una estrategia de negocio a largo plazo. “Respaldar a las pequeñas granjas construye resiliencia en nuestra cadena de suministro, genera confianza con los consumidores y fortalece a nuestras comunidades”, afirmó Sweetgreen en un comunicado.
Además, estas inversiones en la agricultura local generan un efecto multiplicador en las economías rurales, beneficiando a otros negocios relacionados como:
- Molinos de pienso.
- Distribuidores de maquinaria agrícola.
- Veterinarios.
- Comercios locales.
Este enfoque no solo apoya a los agricultores, sino que también contribuye a la recaudación de impuestos que financia servicios comunitarios y escuelas, creando un ciclo positivo de desarrollo económico.
El futuro de la agricultura en EE. UU.
A pesar de los retos, hay una creciente conciencia de la importancia de la agricultura sostenible y local. Las empresas están comenzando a reconocer que su éxito a largo plazo está ligado a la salud de las comunidades agrícolas. Este cambio de mentalidad es crucial para abordar los problemas que enfrenta el sector.
La implementación de prácticas agrícolas sostenibles y la inversión en tecnología también son áreas que están ganando importancia. Algunas tendencias emergentes incluyen:
- Uso de técnicas de agricultura de precisión para mejorar la eficiencia.
- Incorporación de cultivos resistentes al clima para mitigar el impacto del cambio climático.
- Fomento de la agricultura orgánica y regenerativa como respuesta a la demanda de productos más saludables.
La importancia de la comunidad en la agricultura
La agricultura no solo se trata de productos; también involucra la comunidad y el entorno en el que se produce. Las iniciativas comunitarias para apoyar a los agricultores locales están en aumento, con programas que promueven mercados de agricultores y la educación sobre la sostenibilidad y la alimentación saludable.
Estos esfuerzos, en conjunto con las estrategias empresariales de colaboración, pueden ayudar a transformar el panorama agrícola, asegurando que los agricultores no solo sobrevivan, sino que prosperen en el futuro.
